Los ahorradores españoles son los que recurren al asesoramiento financiero en toda la Unión Europea. El problema es que la mayoría no lo hace acudiendo a un asesor financiero independiente, sino que lo hacen a través de su banco, donde no recibirán los consejos que necesitan sino los que le vienen bien a la entidad financiera.
Lo que diferencia a una persona que ofrece asesoramiento independiente de otra que no lo hace empieza por su forma jurídica. Una EAFI ofrecerá más garantías de opiniones independientes que un asesor financiero del banco y el motivo está en su forma de trabajar.Y es que si un asesor del banco trabaja con una gama de productos limitados (los fondos del banco, planes del banco, acciones del banco...), el asesor financiero independiente maneja productos de muchas gestoras. Además, no se 'casará' con ninguna, porque su objetivo es recomendarte y hacer lo mejor para sus ahorros.El banco te ofrecerá el producto de temporada, que tenga ventajas para la entidad y del que obtenga un buen rendimiento vía comisiones. En una EAFI realmente independiente no existen estos intereses ocultos, ya que no sacará más dinero por recomendarte un fondo u otro. Si quieres asegurarte de que es así, sólo tienes preguntar si cobra retrocesiones o no. En Cobalto no lo hacemos.
El funcionamiento de un asesor independiente empieza con la primera reunión de toma de contacto. Esa reunión servirá para que puedas explicarle tus objetivos financieros y para que él pueda trazar tu perfil como inversor, que está definido por el riesgo que quieres correr, el horizonte temporal de tu inversión y tus propios conocimientos. En función de eso podrá encontrar el plan de inversión que mejor se ajusta a tus características.A partir de ahí, la mayoría de asesores trabajan con diferentes tipos de carteras prediseñadas sobre las que hacen adaptaciones. En el caso de Cobalto, sus tres perfiles son: defensiva, equilibrada y decidida. Como es lógico, cada una trabaja un diferente perfil de riesgo en un horizonte temporal distinto.
Los españoles estamos más acostumbrados a pagar a un diseñador de interiores para que nos asesores sobre cómo decorar la casa que a hacerlo por asesoramiento financiero y no debería de ser así.Un buen asesor financiero puede marcar entre conseguir o no tus objetivos económicos y tener la jubilación con la que sueñas, por ejemplo.Para poder trabajar, el asesor cobra por sus servicios y lo hace de dos formas diferente. La primera es a través de las comisiones por gestión de cartera, que variarán en función del tipo de cartera que elijas. Esta comisión es anual y se paga sobre el dinero que tengas invertido.Además, un buen asesor también vinculará parte de sus ganancias a las tuyas. En otras palabras, ganará sólo si tú lo haces también. Es la comisión de éxito sobre beneficios que, de nuevo varía dependiendo de la estrategia. Con carácter general, cuanto arriesgada sea, mayor será el porcentaje a pagar.Nunca pierdas de vista estas cuestiones al buscar un asesor financiero. No te dejes engañar.