trong>Quiero una alta rentabilidad para mi dinero pero sin correr riesgos. Este es uno de los grandes anhelos de todo ahorrador y sin embargo es una auténtica quimera.Una de las máximas en el mundo de la inversión y en la vida es que “nadie da duros a cuatro pesetas”, por lo que si una oportunidad parece demasiado buena para ser verdad, es porque posiblemente lo sea. Lo primero que debes tener claro al gestionar tus ahorros es que existe una estrecha relación entre riesgo y rentabilidad. Para ganar deberás asumir algún tipo de riesgo. Este debe ser el punto de partida.Por fortuna para el ahorrador, hay una herramienta que permite matizar esta relación entre riesgo y rentabilidad: el plazo de la inversión.Y es que a largo plazo es más fácil asumir riesgos por dos motivos. El primero es que hay tiempo para enmendar errores y asumir los estragos de la volatilidad. El segundo es pura estadística. En periodos de 20 años el mercado rara vez ha registrado pérdidas.
Por eso mismo, antes de plantearte qué rentabilidad debes pedir a tus inversiones tienes que tener claro tu horizonte de inversión. En otras palabras, cuánto tiempo vas a invertir y durante qué periodo no necesitarás el dinero.Con esto claro podrás establecer la rentabilidad que buscas para tus ahorros.Para un ahorrador con un perfil muy conservador que además opere a corto plazo (menos de un año) el beneficio rondará el 0% ya que su prioridad será siempre mantener el dinero. En realidad, con un horizonte de inversión tan corto incluso los perfiles arriesgados tendrán que conformarse con beneficios que no superarán el 1%, salvo que se esté dispuesto a perder el total de lo invertido.En el medio plazo, es decir, entre dos y cinco años, la rentabilidad objetivo será mayor. Incluso un perfil ultraconservador debería buscar rendimientos por encima del 1% y más cercanos al 2,5%. Un ahorrador moderado elebaría este porcentaje algo más, como también lo haría uno agresivo.¿Y en el largo plazo? Aquí no existen límites. Tu capacidad de inversión será la que en realidad determine cuánto puedes ganar. El motivo es que cuanto más capital aportes, más opciones y alternativas de inversión podrás tocar y más riesgo podrás asumir.Por centrar un objetivo general. La media histórica de la bolsa es del 8%. Réstale comisiones por operar y podríamos dejarlo en un 6% anual, lo cual sería una buena meta. Eso sí, recuerda que los mercados se rigen por periodos y no en todos vas a poder rentabilizar igual tu dinero. Para que lo entiendas mejor, durante la guerra de depósitos de 2008, para obtener un 4% anual bastaba con acudir a una entidad y contratar un plazo fijo: cero riesgos, alta dispobilidad. Hoy en día eso no es posible y con los tipos de interés en el 0% es difícil encontrar alternativas de bajo riesgo que den estabilidad a la cartera de inversión.Derecho de autor: kirillm / 123RF Foto de archivo