nviertes para tener más dinero el próximo año o lo haces para tenerlo en la próxima década? Si preguntas al español medio la mayoría responderá que ahorra para su jubilación, el objetivo más a largo plazo que existe. Estudios de ING, Aegon o Rastreator confirman este extremo.Sin embargo, a la hora de la verdad la perspectiva sobre cómo gestionar sus ahorros tiene más tintes cortoplacistas que largoplacistas. Todo empieza por la definición del perfil de inversor y los riesgos que están dispuestos a correr. La mayoría primará la protección de su capital por encima de cualquier otra cosa (está en la condición humana el miedo a perder).El problema es que riesgo y rentabilidad están totalmente correlacionados y los productos de inversión más conservadores ofrecen también beneficios más moderados, por decirlo de forma políticamente correcta. Esto impide aprovechar el poder del interés compuesto a largo plazo, una de las mayores armas con las que cuentas como ahorrador.Para que lo entiendas mejor, si ahorras 200 euros al mes, al cabo de 25 años tendrás 60.000 euros, pero si además de ahorrar inviertes a un 1% (un objetivo a muy corto plazo) ese capital ascenderá a 76.672 euros. A largo plazo debes esperar más rentabilidad. La media histórica del mercado está en el 8%. Aplicado a nuestro ejemplo tendrías 164.655 euros en tu cuenta (sin descontar inflación ni impuestos).Y si en lugar de ahorrar todos los meses partes con 10.000 euros, con un 1% en 10 años tendrás 11.046 euros, mientras que con un 8% lograrás 21.589 euros.Los ejemplos anteriores están calculados con un interés anual lineal, el cielo para cualquier ahorrador. De hecho, esa es la forma en la que la mayoría entiende la inversión. La realidad es bien diferente. Cualquier persona que haya tenido una pequeña incursión en bolsa definirá la experiencia de cualquier forma menos como un camino lineal. De hecho, está salpicado de piedras, baches y curvas.En otras palabras, invertir a largo plazo implica ser capaz de asumir que habrá momentos en los que tu patrimonio crezca y otros en los que no lo haga. Debes ser consciente de eso y de ser capaz de asumir esas caídas.Esto no quiere decir que debas limitarte a ver cómo tu ahorro pierde valor. Nada más lejos de la realidad. Cualquier gestor o asesor financiero tomaría medidas si ve que sus carteras están en pérdidas. La diferencia es que lo harán de forma controlada, sólo cuando se alcancen determinados niveles y nunca en medio de ataques de pánico. Uno de los errores más habituales del inversor novel es precisamente dejarse llevar por estrategias cortoplacistas al operar a largo plazo, lo que muchas veces implica caer en esos bruscos movimientos viscerales del mercado.Por eso mismo, la mayoría de páginas y asesores alertan en sus carteras agresivas que existe la posibilidad que haya pérdidas. Esto hace que los ahorradores tiendan hacia posiciones más moderadas. Sin embargo, la realidad es que a largo plazo esos vaivenes son asimilables y no deben importarnos.El siguiente gráfico ilustra la evolución del $&P en los últimos 500 años. El camino no es lineal, pero sí se puede observar claramente cómo hay una ganancia a largo plazo.
Los dos siguientes gráficos también pueden ayudarte a entender lo que ocurre en bolsa.
Y ahora que ya sabes qué es de verdad el largo plazo ¿Cómo piensas aprovecharlo en tu favor?