p style="text-align: justify;">La jubilación es cada vez una mayor preocupación para los españoles, las dudas sobre cómo será nuestra prestación económica en el futuro hace que cada vez se apueste más por productos de ahorro o inversión que nos den seguridad económica en el futuro.
El desequilibrio en las cuentas de la Seguridad Social sigue, el Gobierno acaba de reconocer que se ha usado, de nuevo, 8.000 millones de euros del Fondo de Reserva de las pensiones para hacer frente a los pagos de la paga extraordinaria de verano con una problemática que continuará en el medio plazo. La crisis ha dejado al descubierto un enorme desequilibrio entre el número de trabajadores y pensionistas, el paro ha rebajado los primeros y aunque el empleo vaya creciendo (de momento lentamente) lo que es claro es que el crecimiento de la esperanza de vida aumentará el número de jubilados con pensiones más altas a lo largo del tiempo haciendo difícilmente viable el sistema actual.
Ante esta incertidumbre podemos utilizar diferentes alternativas de inversión para la jubilación que nos ayuden a conseguir un capital o renta que complemente nuestra jubilación pública.
Los planes de pensiones son los más conocidos. Se trata un producto de previsión, cuyo objetivo es conseguir una renta o capital a la hora de la jubilación, que nos permiten obtener beneficios fiscales mediante la reducción de las aportaciones que realicemos en la base imponible del Impuesto Sobre la Renta (IRPF) con unos límites. Actualmente estos son el 30% de nuestros ingresos de trabajo (incluidos los de actividades profesionales) hasta un máximo de 8.000 euros anuales.
Una de sus ventajas es la enorme gama de productos que existe en el mercado, desde los más arriesgados de renta variable a los más seguros como la renta fija. Con ello, podemos hacer tantos traspasos como queramos, de un producto a otro, adaptándolos a nuestras necesidades a lo largo del tiempo: buscando más beneficios al principio y más seguridad cuando se acerque la jubilación.
A cambio de los beneficios fiscales tenemos una liquidez limitada, sólo podemos rescatarlos además de la jubilación tras muerte, invalidez, paro de largo jubilación y a partir del próximo año, si cumplen 10 años de antigüedad.
Si quiere ahorrar, con total libertad y sin ataduras su elección es utilizar fondos de inversión. Su funcionamiento es similar a los planes, de hecho detrás de cada plan hay un fondo, invierten en diferentes categorías de activos, permiten también el traspaso a otros fondos tener que tributar por ello.
La diferencia está en la fiscalidad y liquidez. En los planes tenemos las desgravaciones señaladas pero sólo puedes recuperar tu dinero por los motivos antes descritos, en los fondos, no tienes desgravaciones pero puedes recuperar tu dinero siempre que quieras, con total libertad.