En España estamos poco acostumbrados a pagar por el asesoramiento financiero, por lo menos de forma directa. Décadas de consejos de inversión gratuitos por parte de las entidades financieras han conseguido arraigar esa idea en el ahorrador español.

Sólo ahora, después de escándalos como las participaciones preferentes, la venta de planes de pensiones con resultados mediocres, fondos de inversión sobrecargados de comisiones y otras tantas tropelías el inversor se empieza a dar cuenta de que al final ese asesoramiento no era del todo gratis, tenía un peaje en forma de comisiones, entre otras cosas.

Quebrada la confianza del ahorrador en el sistema financiero muchos optaron por emprender la aventura financiera por su cuenta y riesgo. En otras palabras, empezar a invertir ellos mismos. Muchos se fueron quedando por el camino, ya que invertir como un profesional tiene sus costes y no por las comisiones de los brokers precisamente. De hecho, uno de los errores mas habituales es empezar en bolsa cuando no tiene por qué ser la mejor opción para el inversor novato. Quienes encontraron su camino pueden hoy gestionar sus propias carteras con solvencia pero no por eso deja de ser interesante contar con un asesor financiero independiente.

Un asesor financiero puede ayudar a todo tipo de perfiles, incluso a quienes ya invierten por su cuenta. Además de ayudarles a ahorrarse dinero con sus inversiones, también puede servir de apoyo para su estrategia inversora ¿Cómo? Ocupándose de la parte de las inversores con la que menos cómodos están. A los inversores más avezados les puede ayudar creando una cartera de fondos de corte más defensivo que complemente su inversión en bolsa o en fondos puros de renta fija. Así pueden centrarse en encontrar compañías de valor, detectar los giros de mercados y hacer lo que más les gusta y posiblemente se les dé mejor.

Aunque el riesgo a asumir varía en cada etapa de la vida en todas debe existir un componente más conservador, aunque sólo sea para los objetivos a medio plazo. Un asesor financiero puede encargarse de esa parte de la cartera, asegurando una rentabilidad adecuada mientras el inversor busca los ‘pelotazos’ que tanto suele gustar detectar.

También puede darse el caso contrario. Hay quienes invierten más por necesidad que por gusto y que normalmente se sienten más cómodos con inversiones de riesgo medio o bajo. Un asesor financiero independiente puede ayudarles con esa parte de la inversión, más a largo plazo y donde es más importante estar dispuesto a asumir ciertos riesgos, ya que la rentabilidad y no la conservación de capital será lo que prime.

Al final lo importante es tener claro que el hecho de invertir por cuenta propia no es impedimento para contactar con un asesor financiero. De hecho, éste puede ayudarte a mejorar como trader e inversor. ¿No me crees? Prueba a pedir una reunión para compartir tus inversiones con un asesor independiente.

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